Un grupo de siete hermanos consiguió regularizar los trámites de la casa en la que crecieron e incluso pasaron varias generaciones. Lo hicieron mediante un proceso judicial en el fuero Civil de Cipolletti. La vivienda fue construida en la década de 1960 y atravesó cuatro operaciones de compraventa y dos contratos de alquiler. Ahora la familia ya tiene los derechos sobre la propiedad.
La prescripción adquisitiva, también conocida como usucapión, es la adquisición de alguna cosa mueble o inmueble que confiere la calidad de propietario/a por el mero hecho de tenerla siempre que no haya sido obtenida por la fuerza y en cumplimiento de los plazos que fija el Código Civil y Comercial de la Nación.
En el caso de Cipolletti la sentencia hizo lugar a la pretensión de los siete hermanos y hermanas y declaró que han adquirido por prescripción adquisitiva el ciento por ciento del derecho real de dominio correspondiente al inmueble de la calle Dante Alighieri. La fecha de adquisición se fijó en el año 1990, transcurridos los veinte años desde el cómputo del plazo mínimo legal. Con el fallo, la familia podrá iniciar los trámites para escriturar la casa.
Surgió del expediente civil, que la titular registral, es decir la dueña original, vendió el inmueble en el año 1962. A partir de esa operación hubo tres compraventas más hasta que finalmente llegó a la última familia, en septiembre de 1970.
A partir de ese año vivieron en la casa los siete hermanos y hermanas junto con su madre, hasta que la mujer falleció. Con el paso del tiempo, el mismo techo también albergó algunos nietos. Luego hubo mudanzas y nuevos planes familiares e incluso el inmueble transitó dos contratos de alquiler.
Cuando ya habían pasado 60 años de toda esa historia, los y las hermanas decidieron iniciar el trámite civil. Aportaron toda la documentación que había acerca de la transmisión de los derechos del inmueble, solicitaron informes a la municipalidad, a los organismos recaudadores y a las empresas prestadoras de servicios. También declararon algunos vecinos quiénes corroboraron que en esa dirección habían pasado tres generaciones de un mismo grupo. Con todas las pruebas, se dictó sentencia en favor de las personas que heredaron la propiedad de su madre.