Un fallo del fuero de Familia de Bariloche otorgó el uso exclusivo de una vivienda a una madre y sus tres hijos menores de edad, en una decisión que priorizó el interés superior de los niños y se aplicó con perspectiva de género. La mujer, desplazada de su hogar tras sufrir violencia por parte de su expareja, vivía en situación de vulnerabilidad, dependiendo de familiares y trabajos informales para sobrevivir, mientras sus hijos enfrentaban la inestabilidad de no contar con un espacio seguro.
El caso expuso una situación de desigualdad estructural. Durante la relación, la mujer asumió la crianza y el cuidado del hogar, mientras su expareja administraba los ingresos familiares. Tras la separación, este desequilibrio se profundizó: ella quedó sin medios suficientes para sostener a su familia y sin acceso al hogar familiar, en el cual el demandado continuaba viviendo.
Argumentos jurídicos y medidas cautelares
La jueza basó su fallo en principios como el interés superior de los niños, quienes tienen derecho a un entorno estable y seguro. También se amparó en normativas nacionales e internacionales, como el Código Civil y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. La resolución garantiza a la madre y sus hijos el uso del inmueble hasta que el menor de ellos alcance la mayoría de edad.
Para evitar riesgos de pérdida o disposición del inmueble, el juzgado dictó una medida cautelar que prohíbe cualquier acción de venta o transferencia del bien. Esta medida busca proteger el espacio como un refugio para la familia y asegurar que cumpla su función como núcleo de estabilidad para los niños.
Un fallo que considera la violencia económica
El fallo resalta la violencia económica como una forma de abuso que afecta tanto a la mujer como a sus hijos. La jueza consideró que el incumplimiento de las obligaciones alimentarias por parte del demandado, sumado a su permanencia en la vivienda sin proveer sustento a la familia, generó un escenario de desigualdad que debía ser reparado.
La magistrada tomó en cuenta también las declaraciones de los menores de edad quienes expresaron su deseo de regresar a la vivienda que compartieron como familia. Este aspecto resultó fundamental para reforzar la decisión de garantizar el uso exclusivo del hogar a la madre y los niños.