El viaje a Disney que había planificado junto a su hijo se frustró con la pandemia. Primero reprogramó la estadía, pero después, en una mediación, convino la devolución del dinero. La agencia de viajes incumplió el acuerdo, y el juicio civil que se hizo en Cipolletti terminó con una condena para la empresa.
La sentencia es de primera instancia y no está firme porque puede ser apelada. El fallo receptó el reclamo respecto del dinero que la clienta no recuperó, con intereses. Además, impuso una indemnización para compensar la intranquilidad de la mujer en el contexto de incertidumbre por la falta de respuestas. También se le aplicó a la agencia de viajes Almundo una multa civil por no respetar el derecho al trato digno que tenía la pasajera en su carácter de consumidora.
De los mensajes y correos electrónicos que aportó la frustrada viajera, surgen las súplicas para obtener una respuesta. En medio del reclamo, la agencia y la clienta acordaron la devolución de los boletos para ingresar a los parques temáticos de Disney. Sin embargo, solo le acreditaron el dinero equivalente a un solo ticket.
El fallo consideró que el incumplimiento del acuerdo conciliatorio y su posterior situación de morosidad puede entenderse violatorio del deber de trato digno previsto en el artículo 8 bis de la Ley de Defensa del Consumidor.
Estimó como agravante que se trata de una agencia de viaje intermediaria que, aparte de sus puntos físicos de atención, opera mayormente por internet -no solo en el país- con un flujo masivo de usuarios y consumidores que acuden a sus servicios y que en su propia página web se jacta de ser empresa líder del rubro y de que “millones de personas” buscan, reservan o planifican viajes a través de esa empresa.
De las pruebas aportadas, se verificó una extensa secuencia de correos electrónicos que la mujer mantuvo con la agencia de viajes desde que se suscitó el problema, en los que constan las tratativas preliminares y soluciones consideradas. La sentencia sopesó que la clienta siempre respetuosamente urgía y casi suplicaba que le dieran alguna respuesta, denotando sus expresiones como aumentaba su desgaste e indignación. “He intentado comunicarme telefónicamente, por redes sociales y a través suyo y sigo sin respuesta alguna. Es lamentable. Mínimamente uno esperaría una respuesta aunque no fuera la deseada”, escribió en uno de los correos electrónicos dirigidos a la abogada de la agencia.