Separados bajo el mismo techo: en una mediación lograron acuerdos de convivencia

Una pareja con hijos, decidida a separarse, pudo con las herramientas de la mediación acordar la habitación bajo un mismo techo con pautas de convivencia y respeto mutuo. Ocurrió en la zona andina.


La complejidad de la situación entre conflictos personales y desafíos económicos, los llevó a buscar el diálogo en un entorno que ofreciera sostén emocional y escucha comprensiva. La preocupación por el bienestar de sus hijos los motivó a lograr la mejor solución para todo el núcleo familiar.

Ambos acordaron que uno de ellos abandonaría el hogar en un plazo de tres meses. Durante este tiempo de convivencia forzada, ambas partes se comprometieron “a mantener un trato considerado y basado en el respeto mutuo, evitando cualquier tipo de discusión, especialmente en presencia de los niños”.

Además, se establecieron acuerdos sobre la organización de los cuidados y las responsabilidades personales. Incluso se plasmó en el convenio la manera en que se dividirían las compras necesarias para el funcionamiento de la casa.

El acuerdo llegará a su término cuando dejen de convivir. En ese momento, acordaron volver a reunirse en el espacio de mediación para reorganizar la contribución en los gastos y cuidados personales de los niños.

La mediación, es parte de la esencia de la política judicial. Una senda que conduce a soluciones que encajen para todos los involucrados. Es gratuita, obligatoria en ciertos asuntos y mucho más ágil que el sistema litigioso tradicional.

El Poder Judicial, con sus Centros Integrales de Métodos Autocompositivos de Resolución de Conflictos, ofrece el servicio en las cabeceras de las ciudades. Además, extiende sus ramas, delegaciones descentralizadas, en otras regiones. En este tiempo, se ha fortalecido el trabajo de la defensa pública, un equipo de defensores y defensoras consagrados a guiar a las personas en mediaciones, con funcionarias adjuntas comprometidas en su labor.