Mediación exitosa en el juzgados de Paz: no más insultos en redes sociales

Un conflicto entre dos mujeres que son vecinas en un barrio de Cipolletti escaló a niveles de violencia que incluso se reflejaban en la red social Facebook. En ese contexto, una de ellas se presentó en el juzgado de Paz para denunciar la situación. Hubo una mediación y ambas arribaron a un acuerdo para “vivir en paz y cuidarse mutuamente”.


Inicialmente, el problema surgió por los insultos personales y los ruidos pero esa disputa se llevó luego al plano digital. Entonces se hizo la denuncia contravencional. 

Las situaciones vecinales están contempladas dentro del código contravencional sobre el que tienen competencia los 49 jueces y juezas de Paz del Poder Judicial de Río Negro. La normativa prevé la autocomposición del conflicto mediante la conciliación o mediación que se puede realizar en la misma sede del organismo o con una derivación al Cimarc más cercano. 

El Cimarc es el Centro Integral de Métodos Autocompositivos de Resolución de Conflictos que depende de la Dirección de Métodos Autocompositivos del Poder Judicial. Cuenta con sede en cada una de las ciudades cabeceras y con algunas delegaciones.

El caso que se resolvió en el juzgado de Paz de Cipolletti terminó con la firma de un acuerdo por parte de las vecinas involucradas. El conflicto se había agravado, incluso, con insultos proferidos a través de sus perfiles de Facebook.

Entre los puntos del acuerdo se incluyó no decirse palabras agresivas ni personalmente ni por redes sociales o plataformas de mensajería, como podrían ser los grupos de WhatsApp del barrio. También se estableció un horario de descanso para evitar ruidos molestos.

“En el caso que me ocupa debe tenerse en consideración que se trata de una situación en la que ambas vecinas coincidieron en que la relación se tensó entre ellas y sus familias, y que desean que la situación se modifique por lo que es un hecho que merece reflexión en cuanto a las consecuencias a futuro”, surge de la sentencia que homologó la jueza de Paz.

Las dos mujeres se presentaron sin patrocinio letrado y ambas se comprometieron a vivir en paz y cuidarse mutuamente.