Un hombre que había recibido una condena de ocho meses de prisión condicional por amenazas en contexto de violencia de género, hurto y robo en grado de tentativa terminó en prisión tras incumplir las pautas de conducta impuestas por el Poder Judicial. La decisión fue adoptada por el Juzgado de Ejecución Penal N° 8 de Cipolletti y luego confirmada por un tribunal revisor.
La sentencia original exigía, como condición para mantener el beneficio, fijar un domicilio, presentarse cada dos meses ante el organismo de control y asistir regularmente a un dispositivo para varones que ejercieron violencia. Durante más de un año, el condenado no cumplió con esas pautas: no fue hallado en el domicilio informado, se presentó una sola vez ante el organismo correspondiente y no alcanzó la asistencia mínima exigida al dispositivo.
El Poder Judicial lo declaró en rebeldía en octubre de este año y dictó su captura. Fue detenido días después y compareció en audiencia el 10 de noviembre. Allí, el juez de ejecución penal resolvió revocar la condicionalidad de la pena y ordenó su cumplimiento efectivo en un establecimiento penitenciario.
La defensa solicitó una medida alternativa, pero el juez consideró que el incumplimiento fue grave y sostenido, y que la sentencia advertía expresamente que esa conducta podía derivar en la pérdida del beneficio.
Un tribunal revisor confirmó la decisión. En sus fundamentos, sostuvo que la ejecución condicional es un beneficio que debe obtenerse y mantenerse con una conducta adecuada. Recordó que el imputado no cumplió en un año con las reglas impuestas y que la pena en suspenso no habilita a ignorar las obligaciones impuestas por el Poder Judicial.
El fallo quedó firme y el condenado se encuentra actualmente detenido en un penal de Río Negro.