Desde que el Superior Tribunal de Justicia aprobó una guía especial para mejorar las audiencias de escucha a niños, niñas y adolescentes que están afectados por un proceso judicial, cambió también la forma en que chicos y chicas reciben la noticia de que serán escuchados por un juez, una jueza o un equipo técnico del Poder Judicial.
Las declaraciones de niños, niñas y adolescentes en procesos judiciales son cotidianas. Son convocados como testigos, como víctimas, en procesos de adopción o como potenciales afectados por un litigio entre personas adultas de su familia o de su entorno social. Si bien en la mayoría de los casos se trata de casos del fuero de Familia y del fuero Penal, los niños y niñas pueden ser escuchados en cualquier tipo de proceso. La guía excluye a los procesos penales, que se tramitan de otra manera.
Antes de la nueva Guía de Escucha para la Niñez y la Adolescencia, aprobada en marzo por el STJ, las notificaciones con la citación a declarar llegaban a la casa del niño o la niña, pero iban dirigidas a las personas adultas. Su diseño era el “tradicional”, que muchas veces resultaba difícil o intimidante para el grupo familiar. Por eso el cambio de paradigma comenzó desde ese contacto inicial: ahora las notificaciones dicen “Invitación de Escucha para Niñez y Adolescencia”, están personalmente dirigidas a los menores de edad y su diseño está validado por más de 150 niños y niñas de la provincia que aportaron sus opiniones sobre cómo debía ser ese documento legal.
Tanto la Guía de Escucha como el nuevo modelo de invitación judicial tienen como objetivo garantizar que los niños, niñas y adolescentes afectados por un proceso judicial puedan acceder al servicio de justicia y ejercer en plenitud su derecho a ser oídos y a opinar en forma activa cuando son sus propios derechos los que están en juego.
Al trabajar sobre el nuevo documento, el área de Diseño del Centro de Planificación Estratégica del Poder Judicial diseñó distintas propuestas. Cambió la tipografía, mejoró la organización de la información, resaltó un párrafo con los derechos de las infancias en el proceso judicial y sumó gráficos (íconos) para destacar los datos más importantes. Los modelos fueron analizados con el grupo de juezas que intervino en el proyecto y las dos opciones finalistas pasaron a los validadores definitivos: los potenciales destinatarios.
Las visitas que las escuelas realizan habitualmente al edificio del Poder Judicial en Viedma fueron la ocasión perfecta. Con la colaboración del área de Ceremonial y Protocolo, que coordina las visitas guiadas, se trabajó directamente con los niños y niñas. Al principio se les presentó el modelo de citación tradicional para personas adultas, para ver su reacción. Luego, con una breve explicación del proyecto, se les presentaron las versiones nuevas.
Chicos y chicas de 9 a 15 años analizaron las propuestas y volcaron sus opiniones, que sirvieron para ajustar y terminar el modelo final. Fueron estudiantes de escuelas de Comallo, Bariloche, Río Chico, El Caín, Valcheta, Lamarque y Viedma.
“Sus opiniones fueron muy importantes a la hora de hacer ajustes y entender sus necesidades, ya que pudieron manifestar cuestiones que no estaban dentro de nuestras expectativas”, señalaron desde el Centro de Planificación Estratégica. Y el resultado se ajustó a esa visión: “querían un documento que sea claro pero no aniñado; que sea descontracturado, pero sin dejar de ser formal”, explicaron.