Compró una moto Suzuki y cuando el motor estaba llegando a los mil kilómetros recorridos la ingresó al taller oficial. Una semana después se encendió la luz que alertaba sobre una falla. Cuando revisó el aceite advirtió que estaba espesa y con un color extraño. La pericia demostró que se había contaminado con refrigerante. Tres empresas fueron condenadas en un juicio civil que se hizo en Cipolletti.
La sentencia que atendió la demanda del cliente condenó a la concesionaria, a la distribuidora y al taller que realizaba los servicios oficiales. El fallo es de primera instancia y como puede ser apelado todavía no está firme.
El hombre de Cipolletti probó en el juicio que adquirió una moto Suzuki, modelo GSX-S750A. Dijo que la utilizaba mayormente para moverse desde su casa al trabajo y cuando recorrió más de 900 kilómetros la ingresó al taller para el service oficial.
Una semana después se encendió la luz testigo y cuando revisó el visor del depósito de aceite encontró una espuma blanca. Entonces volvió al taller pero le explicaron que la espuma era normal y que el service se había realizado correctamente y que no existía ninguna anomalía.
El cliente cumplió con lo establecido en el manual de uso, que recomendaba dejar de usar la moto en el caso de que se encendiera la alerta de falla.
La pericia indicó que el aceite estaba contaminado con refrigerante. Las causas más comunes de contaminación o mezcla de aceite y agua son alguna anomalía en el enfriador de aceite o una fuga por la tapa de cilindros de la moto (comúnmente conocido como junta soplada), explicó el perito.
El profesional también sostuvo que para poner la moto nuevamente en condiciones de uso era necesario un examen que implicaría desarmar y revisar en profundidad los componentes del rodado. Esa tarea requiere personal idóneo y especializado, adelantó.
En función de esas conclusiones el fallo condenó a las tres empresas a abonar al cliente la suma de dinero equivalente al precio actual en plaza del mismo motovehículo cero kilómetro. El hombre, a su vez, tendrá que devolver el rodado que presentó fallas.
Se fijó también una indemnización para el cliente en concepto de daño moral, privación de uso y gastos administrativos.
Las empresas condenadas son Mar Maquinarias S.A (distribuidora), Rolling Motors S.A (concesionaria) y Kando SRL (taller oficial).