Estaba por comenzar el partido de fútbol femenino de la Liga Avellaneda, en la cancha del Club Almafuerte. Las once jugadoras del Club Atlético Lamarque, el equipo visitante, ingresaron junto con su cuerpo técnico.
El encargado de arbitrar era un varón. Inmediatamente, el referí llamó a la delegada de Lamarque y le informó que una de las integrantes del cuerpo técnico debía retirarse. Se refirió a ella con términos despectivos y humillantes por su condición de mujer.
El insólito pedido generó una situación conflictiva. Pero no era la primera vez que ese árbitro tenía actitudes similares con las integrantes del cuerpo técnico. El hecho ocurrió el mes pasado.
La mujer presentó una denuncia en el Juzgado de Paz de Luis Beltrán por actitudes amenazantes y abuso de su condición como árbitro. Describió los hechos y manifestó que estas situaciones se repiten con frecuencia cuando este árbitro dirige los partidos.
La integrante del cuerpo técnico solicitó medidas cautelares de protección y resguardo, que fueron ratificadas por el Juez de Paz. El magistrado ordenó al referí la prohibición de ejercer cualquier tipo de actos de violencia, molestias o perturbaciones.
Se consideran actos molestos o perturbadores las llamadas telefónicas, los mensajes de texto, correos electrónicos u otras comunicaciones a través de redes sociales como Facebook, Instagram o WhatsApp, especialmente si ocurren en horarios inapropiados o de forma insistente.
También se incluyen la persecución, la intimidación, las amenazas y la vigilancia hacia la integrante del cuerpo técnico, todo ello bajo apercibimiento de incurrir en el delito de desobediencia a una orden judicial.
Las medidas fueron adoptadas conforme al Protocolo para el Abordaje con Perspectiva de Género y a lo establecido en el Código Contravencional de Río Negro